Rumania
Para hacerse bien ver de nuestros amigos
a los aduaneros tomamos la práctica
de intercambiar un mínimo de dos
o tres palabras en su lengua con ellos uno
sonréir
¿Tu madre va bien?
¿Y tu perro?
No, más seriamente se intenta sobre
todo aprender a cada paso de frontera de
las pequeñas fórmulas básicas
del tipo, buenos días, adiós,
gracias.
Para
Rumania es Buna siwa, el arreveder, multsu
cantina que debe leerse en fonética...
o gracias simplemente. ¡Los trámites
aduaneros cumplidos y orgulloso del primer
tampón oficial sobre nuestro pasaporte
empezamos el AKdyane para conquistar Rumania
y a super a Dracula! Está 2H00 de
la mañana.
Por precaución Loïc tomó
el volante. Rumania conoce ya para haber
venido en 1996. Sabe, en particular, cómo
allí tomarse con los carros que surgen
de en ninguna parte, y los agujeros que
les barren la calzada que debe romperse
en dos su eje.
Mí Rumania no conozco, y hay con
tópicos lleno la cabeza.
Abro grande mis ojos abiertos los ojos de
par en par ya que la noche es negra, lo
que no hace más que acentuar mi angustia.
Difícil sentirse a la comodidad cuando
hay tanto pueblo por todas partes. Por todas
partes gente que les observa, por todas
partes de los perros abandonados estallando
la losa. Estoy impaciente y no sé
quien pensar. Para mi franchouillard básico,
Rumania se resume a 22millions de gitanos
y vuelos al tire, es todo.
Los
primeros minutos en este país siniestrado
son suficientes para validar mi opinión
muy occidental y francesa, que al Este no
hay nada de bon
Después de algunas vacilaciones en
el lugar a elegir para dormir, decidimos
detener el coche no lejos de la frontera
húngara a Pecica. Hay de la luz,
TIR (Transporte Internacional De carreteras)
transportando ovejas y a cerdos, un hotel,
eso parece frecuentado y menos guardada
cuanto más o menos. Es bueno él
puede detenerse. Con el fin de evitar todo
embrollo con el hotel (cero estrella), vamos
a avisar al portero quien dormimos allí.
Nos hace amablemente incluir con gestos
el lugar donde debemos aparcarnos. Vuelve
de nuevo 5 minutos más tarde con
un billete de estacionamiento. Precio: 1
euro. Es el precio que debe pagarse para
existir, muy al menos sobre un trozo de
papel, eso nos tranquiliza...
El
día siguiente mañana se reanuda
la carretera. Los camiones, que la víspera
lo protegían de las miradas indiscretas,
fueron tarde en la noche para su destino.
Proseguimos el nuestro, dirección
Bucarest. Descubro a medida que avancemos
en el interior del país, paisajes
sorprendiendo, pero más aún,
descubro a un pueblo. Que creía ser
ayer por la noche de los ladrones y tunantes,
están en realidad de la gente pobre,
pero que trabaja duros. Me enteraré
más tarde en Bucarest, de que el
Rumano no hace la manga y hará nunca
la manga para vivir. En cambio, venderlo
todo lo que puede él lo vende, frutas
de su huerta, al queso de sus cabras, pasando
por la miel de sus abejas. Todas las mañanas,
saca su tabla a manera de tenderete sobre
el borde del nacional hay los frutos de
su trabajo, en la espera que algún
el se detiene para el para comprarle.
Entre
la aprehensión que probaba ayer por
la noche y esto que experimento esta mañana
conduciendo el coche, es el día y
el nuit
Rumania se abre nosotros en
polícromo. Las casas que confinan
el nacional que pedimos prestado somos suntuosos
de colores y detalles ocultados para el
que sabe verlos. Los pueblos se esten a
lo largo del nacionales con para toda la
acera el contra avenida, en la tierra a
menudo, separada de la carretera por árboles
y una zanja, permitiendo así, a las
casas de no caer directamente sobre los
coches. Los atajos están por su parte,
en general, exclusivamente en la tierra
y merecen a menudo el rodeo. Se se puede
ver, esto que se niega verse desde la carretera,
es decir la cara orgullosa de un pueblo
muy entero.
Hago el conocimiento, con los primeros carros
extraídos por uno o incluso dos caballos,
con el Dacia (coche rumano, readquirido
en 1999 por Renault) y con las vacas en
la zanja de las carreteras.
Hacemos nuestro segundo alto a Sibiu sobre
una de los lugares de la ciudad baja. Ya
mucho somos intrigados menos por la actividad
incesante de los Rumanos. Cada de numerado
nosotros, duermen del Dacias. ¡No
parecen ya haber circulado desde el final
del régimen comunista, no se situarán
pues, es sobre! Se duerme sobre los intestinos
de vaca que habíamos comido en nuestro
paro a Axente Sever (40 Km de Sibiu). Especialidad
rumana nos tiene dice, es delicioso. El
despertador el día siguiente mañana
es rápido ya que, aquí, la
actividad de la ciudad comienza también
pronto que ella terminado tarde.
Sibiu será nuestra primer admiración
Rumana. Ciudad en la cual Dracula residió
1 año y nosotros una noche. La visitamos
toda la mañana del 11 de julio (buen
aniversario a Sophie al paso).
Sibiu es una ciudad maravillosa con sus
casas coloreadas y sus pequeños cursos
bajo la bóveda de medio punto y es
administrada por un alcalde alemán.
Existe, en efecto, en Rumania una colonia
alemana permanecida después del empleo
del siglo X. Se los llama los SASI (pronunciado
Sachi) o SAS al singular. Se integró
a estos alemanes conservaron su nombre de
origen y muy bien a la población
rumana.
A
la salida de la ciudad, un pequeño
pueblo llama nuestra atención cojeó,
divertido de nom
Magnífica
Iglesia Ortodoxa en restauración.
El pueblo se contribuyó para volverlo
a poner sobre pie, ninguna ayuda del Gobierno
ya que de demasiadas solicitudes y de otras
prioridades seguramente.
La presencia del agua en estos pueblos es
omnipresente, no agua corriente bien sobre,
pero una multitud de pozos artesianos. Hombres,
mujeres, niños, a buscarlo todos
van cada día del agua al puit. Para
el más afortunados entrada ellos,
el puit se encuentra en su jardín.
El trabajo molesto de agua es afortunadamente
también la ocasión de hablar
con el vecino o su amigo.
Llegamos
a Bucarest a medianoche. El estado calamitoso
de la calzada nos recuerda que Francia es
ya lejos detrás de. No es raro deber
hacer un bandazo aquí un bandazo
allá. Solamente todo el mundo hace
la misma cosa aquí, por lo tanto
todo va bien. Rupert un amigo de Loïc
nos ofrece su hospitalidad. Una habitación
y una oficina con una conexión Internet
en el bajo suelos, enteramente renovados,
pero sufriendo de atroz problema de humedad.
Jueves
17 de julio 16h30 dejamos a Bucuresti para
Tulcea (Delta del Danubio). Se lo sumó
que nos volviera en esta parte allí
de Rumania.
"encontrarán toda la problemática
concebibles e inimaginables acerca del agua",
nos explican Gelu y Bianca dos amigos rumanos
que lo quieren del bien. A Tulcea dormiremos
por otra parte en los padres de Gelu el
tiempo de una noche o dos.
Sobre
la carretera de Tulcea, el paisaje y los
pueblos son siempre tan asombrosos, zonas
seriamente siniestradas lindan pueblos y
puntos de vistas magníficos. Después
de 4 horas de carretera, no se se perdió
mal saliendo de Bucaresti
decidimos
detenernos para hacer un control de rutina
de los niveles de aceites, frenos y motores.
Loïc se ocupa de los frenos, me ocupo
del motor. Todo es ok, se vuelve a salir.
Después de dos minutos de carretera
el coche se pone a escupir un humo negro
de todos los diablos. Tiene?? puede ser
aunque habría olvidado cerrarse este
estropeado tapón del tanque de aceite
me dice todo bas
Inútil de
abrir el casquillo para describir los daños.
El motor simplemente salopé de aceite,
lo que da lugar a un conflicto de rutina.
Nada de grave bien se lo sabe, exactamente
de que liberarse el poco mutuamente. Se
tuvo miedo para el motor se veló
todo. Ahora se espera que una cosa sea que
este desagradable olor de aceite quemado
se transforma en olor de azúcares
caramelizados. Estallamos de hambre, un
paquete de patatas a la inglesa para toda
la comida, eso afila los nervios y los crocs
Llegada
a Tulcea a 1H30 de la mañana, tenemos
cita con el padre de Gelu delante del hotel
"Delta". Su padre es un antiguo
del contraespionaje bajo el régimen
de Ceausescu. Hoy es coronel en la Gendarmería
responsable del distrito de Tulcea y sus
alrededores. Se se pregunta un corto momento
sobre su pasado en el contraespionaje. Nos
espera desde hace las dos horas ya que por
supuesto tenemos del retraso. Y su mujer
le son gente adorable, habla como Minine
la mujer de Mickey, le habla poco. Permanece
junto nosotros silenciosos si no tiene nada
que decir. Cuando los silencios son demasiado
largos sonrée. Sentimos que quiere
ser allí simplemente para tenernos
compañía. Permanecemos en
ellos hasta a Sábado por la tarde,
exactamente el tiempo de entrevistar con
a una familia que vive sobre las orillas
del delta (véase ficha delta del
Danubio).
Dejamos
a Tulcea con el pesar de decirnos que dejamos
a Rumania, a país no hecho caso y
subestimado. Somos tristes dejar sobre todo
a estos niños que nosotros corren
más tarde en la calle y que se reen
viendo pasar nuestro coche. Habíamos
tomado la práctica de responder a
su gran sonrisa por dos golpes de bocina
y las señales de la mano. Las horas
de gloria bien merecidas Adrienne finalizaba
nosotros no lo sabían pas
Dormimos
sobre un aparcamiento próximo a Constanta,
ciudad balnearia del Mar Negro. Reanudamos
la carretera el día siguiente para
la frontera Búlgara.
Diario
de 10 al 20 de julio de 2003 escrito por
Geoffroy
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