Paso
en aduana
Los egipcios tienen miedo.
¿De qué? Difícil a
decir incluso, son incapaces. Miedo ustedes,
miedo para ustedes, el límite no
queda nunca muy claro... ellos viven en
la angustia perpetua de un día sin
día siguiente, y se lo hacen bien
incluir. Cada 50 kilómetros, una
presa de carreteras, Adrienne retrasan pero
no hay de todas maneras nada pendientes.
Aunque el uno nosotros dos descienden, su
parte baja de caja afecta la abolladura
de manera violenta. Allí tiene el
a la entrada y el a la salida de cada presa
de carreteras. Lo que da al ralentí:
EXPLOSIÓN, Adrienne cuelga la abolladura,
los policías marrent, grommelons
en nuestra barba saludándolos al
mismo tiempo por grandes señales
de la mano, damos a nuestra dirección
y nuestra próxima ciudad etapa, griffonnent
en su cuaderno el número de la placa
mineralógica y tienen en cuenta nuestro
destino, nos hacen firma de seguir, EXPLOSIÓN,
a Adrienne repara sobre la abolladura luego
reanuda la carretera. Hicimos 3.500 kilómetros
en Egipto. No tomamos cuidado de inscribir
el número de EXPLOSIÓN y REBANG
sobre la parte baja de caja de Adrienne...
Después
de estos 9 días pasados El Cairo,
utilizamos la carretera de Alejandría,
donde la familia alemana del transbordador
nos acoge in situ brazos abiertos durante
5 días. Reanudamos rápidamente
gusto a las comidas en familia y a la vida
familiar muy simplemente. Es por otra parte
la muerte en el alma que dejaremos Alejandría.
La biblioteca era a 1 kilómetro de
en ellos, ni siquiera supimos encontrar
el tiempo para visitarla. La carretera debe
con todo seguir, y es aún larga hasta
el templo de Abou Simbel. Con el fin de
evitar las presas de carreteras, que jalonan
el Nilo, de El Cairo en Asuán, nosotros
deciden pasar por la carretera del desierto
haciendo un gancho por el oasis de Siwa
(50 kilómetros de la frontera libia).
Las ciudades enmarañan los nuestros,
Alejandría, EL Alamein, Marsa Matrouh,
luego finalmente Siwa, 800 kilómetros
de carreteras efectuadas de una única
trata. In situ, se nos rechaza como sucios,
con el pretexto de que Adrienne no es un
4x4. El Capitán no quiere oír
nada. Para utilizar la carretera ensablée,
que debe llevarlos directamente del otro
lado a AL Wahat AL Baharîya, debemos
embarcar con nosotros una guía de
un valor de 150 dólares. Traducido
de los egipcios eso da: El capitán
necesita 150 dólares para redondear
sus finales de mes con sus colegas... Es
el Bérézina, se obligan a
retroceder camino, obligar a tragarnos 1300
kilómetros de hormigón suplementarios,
obligados prolongar nuestra estancia de
una semana de más en Egipto. Ya que
por supuesto llegaremos demasiado tarde
a Asuán para tomar el barco para
Sudán.
Loïc
se alza ligeramente fuera del asiento del
conductor lo que me deja el campo libre
para tener el volante de una mano y acelerar
con el pie derecho, luego, él retira
completamente sus pies y todo su busto,
yo se desliza de un movimiento lateral para
sentarse su mientras que pasa sobre haciendo
una pequeña vuelta por la plana forma
posterior. Esto se sale bien, la experiencia
es concluyente, sabemos cambiar de conductor
sin detenernos. ¡Cool ganamos 10 minutos
por cambio o sea 60 minutos al día...
muy importante! Habremos sabido al menos
obtener partido de nuestra jubilación
forzada de Siwa.
A fuerza de tragar estos kilómetros
sin parar tenemos alucinaciones. Caída
la noche, se nos convence, por ejemplo,
de rodar en monte baja, de ver a la izquierda
y derecha de la carretera de los abetos
con la nieve arriba... De hecho, se nos
estalla solamente y en lleno desértico.
Conectamos
a Siwa a AL Wahat AL Baharîya de paso
a la periferia de El Cairo en 2 días
(1300 Km). Los oasis de AL Wahat AL Baharîya,
AL Wahat AL Farâfra, AL Wahat AL Dâkhla,
son nuestros primeros contactos con el desierto,
la verdad, el dónde la arena máscara
de la arena, el que como lo decía
esencialmente el pequeño príncipe
de Saint-Exupéry "es bonito
porque oculta un pozo en alguna parte..."
La variedad de sus colores nos sorprende
a cada kilómetro recorrido. Se declina
del negro al blanco pasando por la yema
de huevo, la naranja y el rojo. Se nos subyuga.
No obstante, el desierto blanco, nos señala
más que otro por la belleza de sus
formas talladas por los vientos. Atraídos
por estos últimos, intentamos una
pequeña excursión fuera del
asfalto. Estoy al volante de Adrienne. Loïc
está afuera con el fin de situar
un lugar donde se puede fácilmente
dejar la carretera sin se ensa instantáneamente.
Se nos encarga como mulas pues no muy listo
para la arena. Pero poco importan, nos sentimos
el alma de hacer un Safari. Loïc encontró
un estrecho paso donde la arena no parece
ocultarse bajo sus pies. Hago tararear el
motor para tomar un poco de impulso y pasar
un primer banco de arena elaborado por el
viento. Adrienne lo pasa sin dificultad,
pero se encuentra clavado 2 metros más
lejos. Por mi parte, tengo el volante en
las manos. ¡Intrigado, lo remuevo
en todos los sentido para para ser seguro
que no sea un miraje y observa a Loïc
por la ventana el aire decir "ben a
M.....e!" No estaba previsto eso "."
Afortunadamente, la desdicha demasiado mal
no haciendo las cosas, la columna de dirección
se dividió en las cremalleras. Puede
pues volverse a montar fácil, y también,
desacoplarse en cualquier momento... Llegamos,
sin embargo, a sacar fácilmente a
Adrienne de las garras de la arena jugando
del gato y utilizando de nuestras alfombras
de escalera milagros. Más lejos,
un camino más practicable nos permitirá
admirar de más cerca la belleza del
desierto blanco.
El último oasis del desierto libyque
es París. Curiosos, nos aventuramos
en los pequeños caminos de tierra
que los cruzan de parte en parte. La casualidad
que hace bien las cosas estallamos, sobre
quienes imposible de determinarlo. Un campesino
viene a ayudarnos y nos ofrece en prima
3 buenos kilos de dátiles, soñábamos
precisamente. En vuelta le damos dos bases
en porcelana.
Próxima
etapa Louksor, pasamos la noche sobre la
orilla occidental después de haber
hecho una rápida vuelta de la ciudad.
El atentado de Louksor en 1997 señaló
los espíritus. Las autoridades gubernamentales
desde entonces establecieron convoyes a
hora fija entre las grandes ciudades que
confinaban el Nilo. Ningunos turistas hay,
es la norma. El día siguiente, tomamos
pues nuestras disposiciones para integrar
el convoy para Asuán. La salida es
a 15h00. Tres coches de la policía
turística, jeeps Toyota armadas hasta
los dientes, están allí para
garantizar nuestra seguridad. Un coche en
cabeza, un coche al medio, otro que cierra
la marcha. Ningunos egipcios tienen el derecho
a insertarse en el convoy ni de obstruir
su curso. Por eso los recalcitrantes se
ponen rápidamente a la alfombra a
los sonidos estridentes de las sirenas de
la policía turísticas. Comprendemos
mejor ahora de dónde viene el verdadero
peligro. Tales convoyes no pueden sino abastecer
un sentimiento de odio y menosprecio del
turista. ¡Bendecimos el cielo de no
bordear el Nilo desde El Cairo!
Desde Louksor tenemos este sentimiento extraño
de no ser ya libres de nuestros movimientos.
Incluso para dormir en el habitante debemos
pedir una autorización especial ante
la policía turística. Todos
nuestros hechos y gestos épiés
24h sobre 24 por un policía encargado
de nuestra seguridad. Es adulador, pero
es muy también fractura c....
Descubrimos Asuán y su magnífica
cornisa la longitud del Nilo. No tendría
nada que envidiar al paseo ingleses si no
hubiera estas falúas y otras carretelas,
verdaderas sanguijuelas, que so'lo les fija
la paz si son un poco secos.
Durante 3 días hacemos la sede del
consulado sudanesa con el fin de obtener
el derecho a poder pagar nuestros visados
en pounds egipcios. El secretario se niega
obstinadamente a pedir el pasa derecho al
cónsul que pretexta que es para todo
el mundo como eso. El visado cuesta 56 dólares
por persona. De buena fe, intentamos por
todos los medios de encontrar dólares
en ciudad, tanto en las oficinas de cambio
como al banco, nadie no queremos cambiarnos.
El tercer día, furioso de tener un
secretario que dice siempre "no no
no", Loïc toma entonces la decisión
de volver a entrar por la ventana en la
oficina del cónsul. O diciendo en
reunión, este último bebe,
en realidad, un té con sus colegas
delante del televisor encendido. Toma sin
embargo el dolor de escucharnos y contra
todas las esperas, nos permite pagar una
parte del visado en euros, otros en dólares
y el resto en pounds egipcios. Estas terminadas
gestiones, vamos para Abou Simbel. Salida
del convoy a las 11, 3 autobuses y 2 microbús
el policía responsable del convoy
viene a vernos y nos plantea algunas cuestiones
sobre el coche. Sabemos que debemos responder
a todas sus cuestiones por afirmativo, "sí
el coche rodamos más rápidamente
que 100 Km/h" "Sí tenemos
buenos neumáticos". El caso
contrario, y nos prohibía el acceso
al convoy. Ya que para Abu Simbel, son convoyes
solamente rápidos, por lo tanto vehículos
rápidos, de otro modo es necesario
tomar el avión... Distancia entre
Asuán y Abu Simbel 252 kilómetros
A 11h00 pét, mueve parte baja de
combate. El responsable de convoy que sentía
muy de mismo que nuestro coche no era de
importancia, nos acuña entre dos
autobuses a fin de ponernos la presión.
Nuestro contador indica rápidamente
90km/h y no uno el más. Agravados
de circular al paso, los autobuses nos duplican,
uno solos restos detrás nosotros,
tiene orden de cerrar la marcha. En nuestros
retrovisores, vemos al policía del
autobús detrás nosotros arrancarse
el cabello. Es demasiado tarde, no puede
ya pedirnos hacer máquina posterior
solo, eso querría decir que él
no habría peligro. Pide por consiguiente
al conductor de autobús de clavarnos
al máximo. No estamos tranquilos.
Adrienne está en un sucio estado,
un neumático a antes de veteado,
una dirección rota pudiendo desacoplarse
de una vuelta a otro. Debemos nuestro hola
a los turistas franceses del autobús
de detrás nosotros. Furiosos de ver
cómo el conductor y el policía
nos trataban, fueron a encontrarlos con
estas palabras que amenazaban: ¡"Hechas
atención es un Acadyane de en casa!"
Si ellos llegan aunque sea porque clavárselos
de más, presentaremos denuncia contra
ustedes "." ¡Cocorico! Somos
felices de entrevistar con franceses que
los sostienen hasta Egipto...
A
fuerza de rodar también lentamente
desalientamos el último autobús
encargado de nuestra seguridad. En un cambio
de dirección, a la altura del Toshka
Valley, en vez de seguirlo torcer a la izquierda
para tomar un poco el aire e intentar ver
de más cerca este proyecto faraónico
de Moubarak. Crear 500.000 hectáreas
de tierras irrigadas en el desierto. Hacemos
un alto en una explotación donde
jóvenes nos invitan que comparta
su comida. "Welcome to Toshka Valley"
Difícil de negar vista su insistencia.
A la carta, del pescado del Nilo que pescaron
la mañana mismo. Se devora rápidamente
a los pescados otras formas de pleito (los
primeros desde el principio de nuestra expedición).
Uno de los jóvenes, nos propone dormir
en él con su familia, le hacemos
comprender, mal que bien, que la policía
ya busca muy ciertamente después
nosotros... No el tiempo de proseguir más
lejos nuestra investigación sobre
el proyecto debemos recuperar nos la carretera
de Abu Simbel. A efecto, a dolor llegan
a las puertas de la ciudad, 3 horas de retraso
sobre el convoy oficial, que de un carro
de la policía secreta viene a nuestro
encuentro.
¿"Dónde eran?" Tuvimos
miedo para ustedes ""
Loïc les dice una historia preparada
de antemano de neumático estallado
en un cambio de dirección y de campesinos
que vienen a ayudarnos para repararlo.
La historia los convence.
"nos síga nos".
Volvemos a entrar bajo alta escolta en Abou
Simbel. El templo nos decepciona, y el precio
de entrada permanece caro, sobre todo para
ver una trozo de tierra desplazado hace
40 años. Además, el hecho
de saber que se recortó enteramente,
luego desplazado, retira un poco de su misterio
faraónico. Después de la visita
nocturna, se nos vio encontramos un lugar
para dormir al bonito medio de un terraplén
rodeado por una decena de casas, adrede
bien de todo el mundo.
A 2h00 de la mañana la policía
turística nos despierta...
"no pueden dormir allí señores,
tememos para su seguridad".
Grrr, llegamos a demostrarles que no se
teme nada puesto que todo el mundo puede
vernos, él se es en cualquier caso
inaceptable que nos movíamos en plena
noche, en pleno sueño. Viendo que
nuestros argumentos eran convincentes, nos
dejan seguir durmiendo allí. Reanudamos
el convoy del día siguiente mañana
para Asuán. Más nada nos retiene
a Abou Simbel, no incluso los 4 colosos
figurando a Ramsés II.
El camino de la vuelta es mucho menos pintoresco
y deportista. Nos entrevistamos con exactamente
antes de la salida del convoy alemanes llegados
la mañana mismo con que nos compadecemos.
Conectan en bicicleta Alemania al Cabo de
Buena Esperanza pasando por el Oriente Medio
todo ello además de 2 años
de expedición. Encontramos más
locos que nosotros.
De vuelta en Asuán, no esperamos
ya que una única cosa dejar Egipto,
un hastío general triunfa desgraciadamente
sobre los algunos testimonios de amistades
y divisiones que recibimos.
Embarcamos Lunes 27 de septiembre para Wadi
Halfa. A bordo encontramos a nuestros amigos
Alemanes y nos compadecemos en líneas
generales con todo un grupo anglosajones
4x4 de Estado Federado de Rover. Parecen
sorprendidos de vernos llegar hasta aquí
con solamente una dos cilindros...
Diario
de 14 al 27 de septiembre de 2003 por Geoffroy
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